jueves, 26 de febrero de 2015

PADRE


  • Sonando "Acto de Contricciòn"
  • -Madonna-


  • En el Oeste hace calor, en el preciso instante en que las calles se estaban agrietando recibo un llamado de un señor que requerìa de mis servicios sexuales. Cuando los clientes estàn muy lejos empiezo a frustrarme, porque no me dan ganas de alejarme mucho de casa. El insistiò, que un amigo le habìa dado mi telèfono y querìa conocerme, nunca ahondo mucho en lo que me dicen porque se empiezan a perseguir, ademàs medio paìs tiene mi telèfono. Vivìa en el kilòmetro no sè cuànto de la ruta que va Catàn. desde los 90`s que alguien tan suelto me dice "te pago el remis de ida y vuelta". Desde que no vivìa màs en el Centro de la Ciudad todo se me habìa hecho un poco cuesta arriba, aunque canjeè esa vida por un ritmo mucho màs tranquilo y con muchìsimos menos gastos; excepto el celular y algun producto de belleza.
  • Me tomo un auto de la otra cuadra, 0 gps, apenas una guìa rotosa, en la cual sòlo podìa ver que era como un verdadero viaje al interior, el remisero, un flaco cuarentòn que habrà sido muy bello de chico -porque aùn seguìa sièndolo- me dice "vamos que llegamos igual", "es todo derecho". 
  • La ùltima vez que habìa tomado esa ruta habìa sido de noche en compañìa de amigos que conocìan el lugar, ellos eran novios y se la pasaron discutiendo todo el viaje. Es màs, yo habìa pasado a buscarlos por Moròn con un remis viejo que me hacìa un precio econòmico y cuando llego a la casa estaban ya enrollados y me dijeron "dejalo que se vaya, despuès pedimos otro"; les roguè que dejaran de hablar y subieran al auto, ya era tardìsimo. Tuve que bajar, solo porque no tenìa idea de dònde debìamos ir; era el cumple de un amigo, hacìa un frìo de cagarse, yo tenìa una torta carìsima que habìa mandado a hacer especialmente; me diò màs pena a mì mismo dejar ir el auto que al mismo chofer que se habìa perdido este viaje largo. Al bajar se me abre la botella de agua y me mojè todo el pantalòn. Presenciè otro poco màs de discusiòn,de clichè, estùpida, infantil...por nada... tìpico de parejas. Los odiè. Eran las 2:00 am y no arrancàbamos. Si no fuese por la torta me volvìa. Cualquier excusa es apropiada para mì para abandonar planes en medio de una noche helada.
  • Recuerdo que nos pasamos por 2 kilòmetros (no hay carteles, sòlo algunos negocios se llaman "el 20", "el 23" y demàs...) retomamos por colectora en contramano, las luces de los que venìan de frente y los bocinazos hizo que yo cruzara los dedos (nunca me falla esa càbala). Què triste hubiese sido muerto en Catàn, mojado y con una torta incendiada en la mano...
  • Todo èso recordaba mientras llegaba al lugar del tipo desesperado pòr sexo a las 3 de la tarde. Por telèfono hablaba con èl y me guiaba, las cordenadas estaban perfectas, pero el lugar... "debe ser una broma" -me dije- "es acà" acotò el remisero al que le habìa dicho todo el tiempo que iba a lo de un amigo y no recordaba còmo llegar. Le pago al chofer y quedo solo frente a una iglesia. "acercate a la reja negra" me decìa la voz en el telèfono. Entreabriò la puerta del costado y me tirò una ùnica llave para que abriera. Me dì cuenta de que era cura, por el olor, esas ropas y zapatos que usan cuando no ofician misa, como la de los discapacitados, que no pueden ver los colores que llevan puesto.
  • Le preguntè directamente si era sacerdote, me dijo que sì y si le daba impresiòn; me puse en papel y le contestè  -Me excita-
  • Me llevò directo a la habitaciòn donde me mostrò que debajo de ese pantalòn gris llevaba puesta una bombachita roja. Y se arrodillò a mamàrmela. Le dije que cobraba por adelantado. Se levantò, abriò la puerta del placard y separò de un fajo de una caja fuerte el dinero. Yo empecè a fantasear, con dinero y una nueva vida; otros la hubieran llevado a cabo. Sòlo me lo garchè apresuradamente, le mentì que iba a acabar como siempre, hice los espasmos de costumbre y listo el pollo.
  • Cuando terminè de lavarme me dediquè a recorrer el lugar, habìa habitaciones y un patio dibujado por niños. A mucha gente le parecerìa perverso pero yo obsevaba mientras me  comìa una fruta que me habìa convidado. Me fascina entrar en otros lugares. La foto es de un cartel que tenìa en la cocina, con actividades y estampitas. En su patio tenìa gallinas o perritos; no recuerdo bien. Una vida apacible llevaba el pastor.

  • Con el tiempo volviò a llamarme; me contò que uno de los taxi boys que contrataba le habìa robado y que otro lo habìa denunciado. Le dije que yo no habìa sido. Y que ademàs que pruebas tenìan de que usaba el dinero de la parroquia para sus gastos personales. "La plata de la iglesia nunca la usè, es sagrada". Y que jamàs habìa pensado en mì; que tenìa una grave causa penal pero sabìa que era uno de los chicos habituès. "¿Era menor?" -le preguntè- y me dijo que no. Nunca màs lo volvì a ver, aunque me llama cada tanto para saber còmo estoy. Pero no me dice que vaya. Creo que no debe estar màs allà. No me importa cuando la caerìa de brujas alcanza a clientes; siempre estarè de lado de mis colegas. Algo me dice que ese "truco" perverso de abrir la caja fuerte delante de otros era parte de su fantasìa sexual.
  • Cuando salì de allì, contento, con dinero en el bolsillo, llamè a mi ùnico amigo que tengo por Gonzalez Catàn, le contè un poco eufòrico y me dijo "¿Boludo, te cojiste al cura de mi barrio?".
  • Despuès paseamos en moto por un lugar hermoso, nada àrido, como describì al principo de este relato al Oeste. Habìa tanto verde, pero tanto verde que me recordò a mi estadìa en Juiz de Fora (Minas de Geràis), respirè el aire en la velocidad y me sentì absolutamente feliz...




domingo, 8 de febrero de 2015

Call Me

Sonando "Moondance"
- Van Morison -

Para escuchar la siguiente presentaciòn marque 3:

"Soy policìa, hace un rato un detenido me mamò la verga, ahora tirado en la cama en casa para paja por telèfono"

"No busco sexo, tengo 28, 1.76, 78 kg, bien dotado, versàtil, con lugar en Capital"

"Si querès marchar con nosotros el 14 de febrero contra la corrupciòn del Gobierno de Cristina marcà el 2"

"Soy el que aplica las inyecciones en la farmacia, si querès te cuento todo lo que sucede cuando cierro la puerta"

"Relaciòn padre hijo, si te gusta ponerte calzoncillitos yo te los compro, no importa tu edad"

"Hombre heterosexual, me gusta ser cornudo y ver como se cojen a mi mujer 
delante mìo"

"Masajista tècnicas combinadas, piedras calientes y algo màs"

"Eddddh paaaaarrr ooooonaaaaaa siiiin martiiiiiinnnnnn booooooscooooooo..."

"Acà dos morbosos viciosos re-putos, queremos sexo a full, cojidas a pelo, poppers, porno, aparatos, meadas... tenemos aire acondicionado"

"Hombre casado aprovecho que mi familia està afuera por unos dìas y tengo puesta la bombachita de mi mujer"

"Busco pendejitos; lo màs chicos posibles para someterlos"

"Amo busca esclavo"

"Acà mirando un partido de fùtbol y tomando cerveza necesito un puto que me la venga a mamar"

"Si te gustan los olores a culo, chivo y verga llamame"

"Soy Marilyn traviesa activa por Recoleta"

"Me gusta jugar a que somos hermanos y nos coje nuestro papà con sus amigos, si te va la onda marcate un 2 directamente, por Flores"

"Si te va la onda recolectores, guachiturros o villeros estamos en la misma"

"Mi pareja se fue al laburo. Busco alquien que me coja mientras el vuelve del trabajo"

"Busco doble penetraciòn"

"Zoofilia"

"Me gusta ser violado, que me aten, me escupan y me acaben en el cuerpo; podès venir solo o con tus amigos"

"Estoy buscando mi media naranja"

"Mèdico de guardia, estoy solo en el consultorio hasta las 22, venìs te reviso y te meto la mano en la bragueta"

"Cansado de esta lìnea ¿nadie quiere cojer de verdad?

"Tengan cuidado con un tal Ezequiel, dice que es plomero y algo màs, no sòlo es mentira sino que ademàs te afana"

"Acà con aparato doble cabeza para penetrarnos mutuamente"

"Quiero un tipo de no màs de 35, que sea muy narcisista, que le guste que le compren cosas caras"

"Necesito un amigo bien masculino pero que la intimidad sea afeminado y quiera ser mi novia"

"Quièn se anima a atarme a una cama, brazos y piernas, taparme la boca con algo y hacer de mì lo que quiera; sin vueltas llamame directamente al 15..........; repito llamarme al 15........."

"Culturista de 28 HIV +, busco otros en iguales condiciones que tengan el morbo de pasarse el bicho en forma grupal"

"Busco amor"



viernes, 6 de febrero de 2015

Temporada Estival

Sonando "You don`t know what love is"
-Laura Hatton-



El calor aprieta mis huevos en la bermuda de jeans, estoy sin slip; no sòlo me parece eròtico  (algunos pueden pensar que es sucio), sino que tambièn còmodo. No siempre tengo disponibles los que realmente me gustan, ademàs lo hago para despojarme de algo y ser otro. Me llama un tipo que vive al fondo de Liniers ¿què tan al fondo?. El me dijo que en el lìmite con Lugano y yo dudè; despuès desmintiò que haya mencionado eso. Cuando me tomo el 47 en Liniers, con toda la comunidad boliviana, ; vìa a esas mujeres, con sus bebès demasiado abrigados para este dìa, con esas cabezas llenas de pelos gruesos y negros... todos trabajadores. Merecedores de habitar la Repùblica. ¿Donde podrìa ver a esta gente si no fuese acà? Se nota que hacen de sus vidas, hay rastros en sus bolsos y sus peinados. Yo en cambio quièn era. Què serìa para ellos. Un tipo alto y flaco, bien vestido y perfumado, de dudosa procedencia, de dudosa ocupaciòn, de dudosa identidad.

La adrenalina de ir a ver a un desconocido me provoca un poco de adrenalina (para mi gusto en bajas dosis) que me hacen sentir ubicado en tiempo y espacio. Bajo casi al final del recorrido, fue bastante largo, por lo que compruebo que evidentemente este tipo me habìa dicho que era en el lìmite 
con Lugano. Estoy llegando algo tarde, entre que le pedì a mi amiga de a la vuelta de casa su tarjeta para viajar (no tengo un mango), y la espera de dos colectivos.
Cuando bajo en medio de una villa boliviana me digo, esto es una joda. Una villa es una villa y a mì me faltaba una cantimplora para parecer un foràneo, bueno, llevaba una botella de agua. Me imaginè toda la situaciòn, yo entrando por pasillos llenos de ropas lavadas y asomando miradas de las cuevas. Pensè que muchas veces en mi vida habìa atendido gente humilde y es la menos problemàtica con el dinero. De repente al doblar encuentro un edificio, y el departamento. No me abre, no me atiende. No tengo un puto crèdito para llamadas. Aprovecho a entrar cuando alguien sale y me imagino el peor de los presagios: me clavaron. Subo al segundo piso y las puertas no tienen identificaciòn; supongo que el A es el que da al frente de este lugar. Golpeo la puerta que parece de cartòn. Nada. Intento con la de al lado y escucho que hay alguien; le grito el nombre que me diò y siento que me espìan por el mirador. Finalmente me abre la puerta y se excusa por el portero que no anda; un poco ofuscado le dije que podrìa haberme avisado.

Raùl es un tipo medio rubio, de estatura media, de edad promedio. Siento su olor a tabaco en la boca. De repente suena la puerta y el portero entra a ver su aire acondicionado. Todo està sofocante. Me da la mano y me aprieta fuerte a pesar de mi dedo vendado.
Mientras estàn en el living, hago una vista general de la cocina; hay santos de todo tipo arriba del microondas, en la heladera hay una estampa de la hermana Irma, con su cara tenebrosa. Tambièn habìa visto en su tobillo una guarda de colores rojos, tìpico de algunas personas que profesan el umbandismo. Y sobre la mesa unos fajos de causa judiciales. Hace años no veo ninguna, desde que traajaba en seguros y nos llegaban los expendientes por los siniestros.
Leo en la caràtula el nombre de Nisman, Alberto; el hombre del momento. Cuando me sorprende ojeando los papeles le pido disculpas dicièndole que estaba aburrido. Le pregunto si era abogado y me dice que no, que es sòlo un empleado y que la causa està disponible en la web para cualquier ciudadano. El portero se va y vuelve a apretarme la mano. Mientras me sirve algo sin gas me dice "le vendieron pescado muerto al fiscal". Me alivio, al menos no es un facho.
De repente empieza a llamar ¡Elsita, Elsita!. Su gata siamesa, vieja y gordita. Le comentè que asì llamaba mi papà a su ùltima novia, y que tambièn era un gato.
Le pregunto si en la habitaciòn tiene un ventilador y lo apuro para ir al cuarto despuès de cobrarle. Entre el viaje y la espera habìan pasado una hora y media y ya me querìa ir. El departamento por fuera parecìa una covacha y por dentro, a pesar de su gusto mediocre, poseìa todas las comodidades. Al desnudarnos me dice "no llevàs slip" y le dije si le gustaba, ya que venìa de la temporada estival con un bronceado moderado gracias al factor 40 de mi crema. En seguida trato de recortar su cuerpo para hacer foco en la parte que me excite para funcionar: su blancura y su cola de piel suave. Tiene feo pito. Què triste debe ser para todos los hombres de la tierra poseer un pito no armònico.

Me lo cojì sin previas, le susurrè al oìdo cosas perversas, creo que hasta le dì un beso en su boca rosada con olor a humo.
Le mentì y le dije que venìa muy caliente desde hace unos dìas y que si lo seguìa bombeado asì acabarìa enseguida; listo el pollo, me dijo que le encantarìa a pesar de que querìa màs. Hice los espasmos de siempre como si estuviese acabando, la actuaciòn perfecta, mejor que un polvo real. Me saco el forro, lo cubro con la mano como si estuviese sucio, sòlo para que no vea que estaba vacìo. Me tomè el trabajo de mojar el papel con un poco de agua. Siempre me aconsejaron llenar el forro apòcrifo con un poco de crema o agua jabonosa, ya que algunos clientes son capaces de revisar si realmente acabaste.

No estoy con ganas de hacer màs teatro, el calor me puso de mal humor; nos saludamos le dije que volviera a llmarme, que esa cola me habìa vuelto loco. 
Por suerte el 47 que tomè a la vuelta tenìa aire acondicionado.
Y me sentè bien al fondo, solito, antes que la comunidad vuelva a subir.









domingo, 15 de julio de 2012

Edu El Profe. 


Sonando "Isolation" (1989) de Iggy Pop




hablando por telèfono hoy con un amigo que se fue a mardel recordè esta anècdota de 1996. 
Era verano y estaba tratando de despegar de un pibe que me gustaba y me "cafisheaba", por supuesto con mi consentimiento; me larguè a la noche por las calles, comprè un diario y entrè a un locutorio 24 hs. El rubro 59 era extenso, me daba lo mismo llamar a cualquier nùmero para pedir laburo. Es increìble las veces que hice èsto: salir con un pequeño bolso con forros, jabòn,  toalla y otros objetos de uso personal y salir... salir sin saber dònde pasarìa la noche, què personas conocerìa... fantaseaba con encontrar todo junto al mismo tiempo, departamento còmodo, buenos amigos y mucho dinero. Quizà hasta un novio que sea mi compañero de andanzas. Pero nunca resultò; asì son las fantasìas.
Un anuncio me llamò la atenciòn poderosamente "Edu el profe 833-..." Genial me dije, Palermo estoy cerca, quizà este profe sea un maduro que la tenga re.clara y entre abuso y abuso me hiciera plata en su vasta cartera de clientes.
Llego pasada la 01 a Santa fè y Aràoz. Tres timbres es la clave. Siempre.  Planta Baja, enorme... me recibe un morocho del norte argentino pero sin acento, no estaba tan mal; me gustò su actitud càlida, como desesperado porque me quedara apenas me vio. En esa època los chicos se iban de un lado a otro, porque en todas partes habia plata. Nunca seas tan riguroso con lo que pides. Quizà el tipo se obsesione conmigo y despuès no quiera que trabaje. De repente empiezan a aparecer los demàs habitantes del lugar; una pareja hetero que laburaba, ella piba cheta y bien cara de puta, de rulos y hermosa piel blanca, parecia una nena bien, èl rockerito falopero rubio de ojos claros; se iban por unos dìa al sur. Jamàs volvieron. Antes de irse el pibe se acercò a Edu y lo llevò a una habitaciòn; me dì cuenta que estaban hablando de mì. Ahora a mis 40 esas cosas pasan todo el tiempo, pero a esa edad no querìa que nada saliera mal, era "mi entrevista" de laburo. Todo bien, me quedo esa noche; no recuerdo si laburè, pero sì que este tipo tenìa al propio novio durmiendo allì, un peluquerito que le reclamaba que fuese a dormir con èl, con voz chillona y llantitos... ya que Edu, el Profe querìa saber què tipo de pibe era yo; entonces garchamos bastante esa noche, yo creo que medio lo hice para quedar bien y medio que el tipo me gustò. Al menos esa noche. Recuerdo que hasta jugamos a estar atado en los barrotes de la cama. Yo pensè este tipo es muy puto, espero que esto termine esta misma noche. Mientras estaba yo atado el me mira fijo, parado de frente y me dice "Tengo que hacerte una pregunta" ¿atado? Y me contò lo que le habìa dicho el rubio antes de partir. Que me conocìa de otro lugar y que yo era un reventado ¿un reventado còmo? "que sos un drogòn" Y yo era muy sanito en esa època... le dije que si fuese un drogòn no podrìa entrenar como entreno todas las mañanas nadando y que no conocìa un adicto bronceado. Hoy me parece que todo es posible, pero dije todo eso desde mi ignorancia y para defenderme de la mentira. "Cuantos problemas que hay acà" me hice el ofendido y me abrazò y me rogò me quedara, que no le importaba ese chico que creìa que era su novio que lo habìa conocido en un cine porno y que mañana conocerìa a su hermana, que era divina y que juntos manejaban el negocio. A la mañana siguiente me costò convencerlo de que iba a nadar y volverìa al mediodìa. Ese era mi trato, yo le laburaba 24 hs con la condiciòn de que las mañanas eran mìas. De esa forma yo me mantenìa en estado, bronceado y vivìa allì sin pagar nada. Esas eran las condiciones de la època. Muchos no podìan porque eran casados o estudiaban. Yo tenìa todo el tiempo del mundo para mì. Y tambièn reconozco que siempre lograba "tratos especiales", ya que 0 problema, amaba estar tirado en la cama y de paso estaba disponible para cuando llegara un cliente. Cuando conocì a la hermana la detestè desde el primer dìa, Silvia, gorda, tortona y muy jodida. Con los años me enterè que se enamorò de un tipo que era taxy y hoy tienen un hijo. Què rara es la vida; yo la hacìa re.torta y asexuada. Sin embargo el chongo que le habìa hecho un hijo estaba muy bueno. Aplausos para la gorda. En cuanto ella notò que Edu estaba muy enamorado de mì, caliente o como quieran llamarlo nos hicimos enemigos ìntimos. Pero como yo era impecable con mi trabajo siempre habìa algunas excusas... que por què me llevaba mùsica al bañarme, que tardaba, que pena que me teñia el pelo o que estaba tan negro de sol. Una gorda puta pensaba yo y què perversa tambièn laburar de 840 de su propio hermano. Las cosas estaban densas hasta que una noche llegò Gaby. Para ese entonces no habìa cumplido la mayorìa de edad (sòlo yo lo sabìa), pero entre esos claritos y ese lomo y ropa que usaba parecìa màs grande, sus tacazos eran medio sado y parecìa una mina muy experta. Nos hicimos amigos, estàbamos todo el dìa juntos, ella le hacìa la vida imposible a Silvia y yo se lo festejaba. Gaby cuando querìa laburaba y cuando querìa no. Si la agarraban en un mal dìa los tipos ni la miraban porque con la mirada ella les decìa "la vas a pasar tan mal". Yo ahcìa algunos domicilios con Eduardo y me daba un poco de asquito que besara a los clientes en la boca. Por las noches ya no dormìamos juntos, no lo aguantaba y èl empezò a elegir otro pibe para los "combinados". Yo tenìa un aviso especial, que pagaba exclusivamente de mi bolsillo, era el Prìncipe del Bulo. Una noche siento que manda a un domicilio en mi nombre a un pibe que no habìa laburado en todo el dìa. El ego no me dejò dormir y a la mañana siguiente le hice tal escàndalo que hasta lo obliguè a que llamara al cliente para que le quede claro que el que habìa ido no era Pablo (mi nombre de laburo) que habìa ido otro en mi lugar. Las cosas se pusieron peor y con el tiempo comprendì que uno tiene un lugar determinado, un ciclo en un lugar. Yo sentì que estaba agotado ese espacio. Al dìa siguiente me fuì, me tomè dos dìas de descanso en casa, tenìa algo de plata, Gaby seguìa siendo mi aliada dentro del lugar y velaba por mis cosas que no me habìa llevado, entre ellas una video grabadora cuatro cabezales autolimpiantes de acero que ella me alcanzò unos dìas despuès. Charlamos en un banco del botànico, me dijo que era un tonto que Edu se la pasaba llorando y que Silvia lo hostigaba. Yo era el enemigo nro 1 del lugar. Recuerdo que el dije que me iba unos dìas al sur. Ella me prestò màs dinero y desde ese dìa nunca dejamos de ser amigos; aunque estè en otro paìs y sea madre. La calle Aràoz, los cds importados de Patti Smith y los videos de Cyndi Lauper. Què època gloriosa. Un fuego dirìa una travesti amiga.
A Edu lo vì algunas veces màs. Hubo un intento de regreso a su departamento, las cosas eran diferentes, "sin privilegios" me decìa. Otra vez lo vì en mi propio departamento donde me proponìa una segunda vuelta al amor y yo ya estaba en otro planeta. Con los años supe que vivìa en san Telmo en pareja con un gordito y una perra que se llamaba Luna. Hace unos meses los encontrè en un restaurante naturista, estaba gordo y   se habìa recibido de Masajista, Reikista o no sè què mierda. Estaba a punto de comprarse el departamento y se iba a casar con el gordo. Me dijo que yo estaba igual; pero todos se dicen esas cosas cuando se encuentran despuès de mucho tiempo no?.



domingo, 5 de febrero de 2012

"Aquella solitaria vaca"


sonando "La la la" (Spinetta/Pàez)


Una noche vino a visitarme Guillermo. Su sexo era convencional, pero sus charlas eran largas y demasiada filosòficas para mi gusto. Tenìa la extraña costumbre de invitarme a cenar despuès del polvo. Yo amo comer, aunque preferìa siempre haberme quedado en casa. Este hombre relativamente pequeño, rubio de ojos saltones era caballero al extremo; me daba pudor cuando esperaba a que me sentara para hacerlo luego èl. Un dìa me confesò que era funcionario. Nunca entendì si era un funcionario argentino con un cargo en Cuba o viceversa. Yo que nunca pude con mi genio a pesar de que por el 2005 no tenìa una postura polìtica definida, me embanderè en las libertades individuales que creìa me daban mi creatividad artìstica.Me hablò de Fidel Castro abstenièndose de comer ese mismo bife que estàbamos degustando si asì lo requerìa un ajuste en el reguimen de la isla. El me estaba "chequeando" para saber si yo era digno de ir en un futuro cercano a acompañarlo. Yo recuerdo mis tìos comunistas y homofòbicos, por lo tanto creì imposible de ocultar mi puesto de "secretario o asistente". Le propuse hacer la experiencia de ir como voluntario, algo que me cerraba màs y a la vez me despegaba de su regazo; ya tuve malas experiencias en el exterior por no arreglàrmelas por mì mismo. Sus visitas se hicieron frecuentes, pagaba bien pero las cenas ya me molestaban; eran como una especie de test permanente. Asì que tomè la postura de agregar un poco de tensiòn y criticar el règimen. Y ver hasta dònde llegàbamos. Este hombre cada vez me parecìa màs misterioso, a medida que me familiarizaba con su pene gordo y muy blanco, me distanciaba de mirarlo a los ojos. Mi intuiciòn me decìa que habìa una mentira. Nunca me molestò ser objeto sexual de mis clientes pero sì me enardecìa cuando era el destinatario de sus neurosis. Si les hubiese seguido el juego a mis clientes de turno hoy estarìa en Grecia, en un castillo español o al menos en una linda estancia bonaerense. Este tipo me querìa hacer entender algo de lo cual no estaba de acuerdo. Le dije delante de su servicio de mesa que estaba aburrido y que preferirìa no volver a atenderlo, que me parecìa bàsicamente un pesado. Bajè las escaleras del famoso restaurante-vidriera de Santa Fè y Riobamba y vì las caras berretas de siempre con sus perros pequeños y maricones de siempre. Lleguè a casa y me peguè un baño; siempre ayuda a limpiar las tensiones. Nunca màs vì a este hombre. Hace un año fuì a ver la pelìcula nacional "El Estudiante" y allì estaba èl, en una escena, con su diccìon perfecta. Tardè varios minutos en tratar de recordar de donde conocìa esa cara y esos ojos. No pude dejar de pensar en otra cosa mientras la pelìcula seguìa con su trama. Pocas veces me sentì tan tonto. Los mètodos de los actores para entrar en personajes pueden ser muy insòlitos. Durante un tiempo me obsesionè con la idea de encontrarlo a la salida de un teatro y preguntarle ¿volviste de Cuba?.

viernes, 6 de enero de 2012

Calla Maldita Marica


Sonando "Lago de forma mìa" (Spinetta)


Un paraguayito que conocìa siempre me amenazaba con un buen gato que veìa todos los fines de semana. Me decìa el sàbado te voy a llamar para ir juntos. Siempre pensè que era un delirio porque los taxis son peores que las putas y los ladrones... siempre tienen una carta oculta que es mejor que la tuya. Yo hacìa tiempo que estaba en banda, sin departamento y por mi cuenta. Me daba igual si era verdad o no.
Un sàbado me llamò. Me dijo de ir a Pilar y que fuèsemos en colectivo hasta un kilòmetro determinado, donde un chofer nos esperarìa y serìa nuestro còmplice de que no vinimos en auto para pasar màs viàtico. Yo le decìa que no me daba ir desde zona norte a plaza italia parta volver a pasar a cuadras de mi casa; pero intentar que este chico lo entendiera era como el àlgebra. Finalmente accedì esperarlo en Capital. Un amigo iba para Aeroparque en auto y yo le dije "acà" ¿acà? "sì" y bajè.
En el medio de los bosques de Palermo y con el tiempo justo creo que estaba a la altura de Juan B. Justo o sea a hectàreas del punto de partida. El cielo y la luz estaban tan grises y hermosos que me detenìa a fotografiar algunos àrboles que tenìan unas extrañas fundas tejidas en sus ramas, como si fuesen sueters de varios colores. Corrìa y fotografiaba; corrìa y llamaba a mi colega precolombino que no me atendìa; corrìa y pensaba "novato".
La cola del 57 era larguìsima; no entiendo por què un sàbado a esa hora y este imbècil no me contestaba. Cuando lo hizo me hablaba agitado y de una forma que me hacìa odiarlo una vez màs. Nunca me gustò que otro manejara la situaciòn. Estàbamos llegando muy tarde y yo ya estaba enculado; habìa sacado los boletos y no todos eran ràpidos a Pilar. Y el excelentìsimo gato no paraba de llamar y preguntar por dònde andàbamos. Yo tambièn me preguntaba por què gastarìa tanto dinero por dos perdidos como nosotros. Una vez arriba del bondi y Paraguay dormido empecè a desmenuzarlo con mis ojos. Todo èl era
impresentable y olìa a colonia muy barata. Pensè si yo serìa asì a los veintipico, tan vulgar. Eramos dos tipos unidos por algo muy poco honesto. Ibamos a cojernos a esta insoportable marica en su mansiòn. De tener intimidad con una persona asì de la que todo el mundo me habìa dicho que era intratable me daba repulsiòn ¿si me humillaba? ¿y si yo no cobraba lo pactado?
Llegamos y un chofer nos subiò a un auto lujoso de cuero del bueno en su interior y recuerdo que me deslumbraban sus apoyabrazos de madera. El paraguayo tenìa ya cierta confianza con este tipo y yo no podìa creer de la forma en que hablaban. Yo pensaba en lo bajo que habìa caìdo por estar en manos de alguien asì, por 300 pesos y tan lejos de mi casa.
Entramos por un inmenso jardìn como si fuèsemos ladrones. Debo reconocerle a la marica que su casa era destacable; parecìa tener cierta antiguedad, cierta calidad y comodidad... lo imaginè de la forma en que nos esperò en el cuarto despuès de pasar por algunos pasillos. Creo que estaba bronceado y llevaba una tùnica y joyas. Fue muy amable. Cojèrmelo no fue tan desagradable, su piel era suave y cuidada. Hasta pude besarlo. Lo ùnico que me molestaba era compartir la cama con el otro pibe. En un momento pedì ir al baño sòlo para ganar tiempo y pasè por un pasillo donde pude visualizar a un joven bonito saliendo de un enorme vestidor. Supe que era la pareja de èl. Y tambièn supe que era un ex-colega que hoy debido a su buena vida tenìa un poco de panza. Paraguay me dijo que a veces participaba o miraba. Yo pensaba còmo se arreglarìa eso en tèrminos econòmicos. Me encerrè en un baño pequeño donde un afiche me devoraba entero, el cartel de una especie de obra maestra del autor. Yo la habìa visto en teatro y detestaba todo este rubro. Odio los musicales. Odio a la gente que escucha y va a ver musicales. Odio las bandas de sonido de los musicales. Salgo desnudo y el chofer acechaba de reojo mis movimientos. Debo confesar que el bruto me gustaba. Me dijo algo que no pude escuchar, como si necesitara lo que fuese se lo pidiera. Yo querìa pedirle que me llevara a la ciudad en su auto de luxe. Entrè al cuarto otra vez y mi amigo estaba terminando su trabajo cuando Pepito me tomò la cara y me dijo alguna de esas cursilladas que se dicen cuando uno quiere algo del otro. Me rogaba con esos ojos tan desagradables. Creo que me pidiò que le chupara el culo y yo le dije que no lo hacìa. El me puso a prueba con otras cosas y yo exaltè de simpatìa, sòlo querìa charlar o estar tirado en esa cama. Lo bueno y lo malo de que alguien no use drogas recreativas es que todo se hace muy insoportable. Le dì mi leche para que se satisfaciera y dejara de joderme. Paraguay tambièn acabò pero èl lo hizo de regalado creo. En 45 minutos todo habìa terminado; para mì eran horas enteras perdidas. Mientras me mostraba su colecciòn de frascos de perfume hablamos un poco de arte y me pidiò una tarjeta para invitarme a algùn ensayo. Està prohibido darle tu nùmero telefònico a un gato si es cliente de otro; al menos delante del mismo. Siempre se me despierta la misma fantasìa adolescente de ser rescatado por un tipo desagradable y podrido en plata; pero con el tiempo me dì cuenta de que besar un sapo todos los dìas tiene un precio muy caro que nunca quise pagar. Nos invitò a la Biblioteca Nacional donde darìa una charla; yo inventè un compromiso impostergable y èsto le cayò mal me parece. En el vestidor donde me presentò formalmente a su pareja me hizo alcanzarle un par de zapatos y atàrselos. Me sentì incòmodo de estar en posiciòn de lacayo pero fingì que no me importaba. Llegaron dos autos a buscarnos y lo que habìa prometido, llevarnos hasta el centro de la ciudad terminò en un paseo hasta la ruta donde nos dejarìa para tomar el mismo colectivo que nos habìa traìdo. Pepe y calle, marica prostituida.

lunes, 2 de enero de 2012

"Garoto de programa parte 4" (última)


Sonando "Barba Azul versus El Amor Letal" (Patricio Rey & Los Redonditos de Ricota).



Ultimo día en Paraty y recuerdo recorrer lugares solo, ya que Marco dormía hasta tarde. Me metí por selvas de la costa por lugares donde solo llegabas navegando o como yo, pasando por enormes rocas donde la nariz me hacía tope como ataúdes de piedra. No sé cómo socialicé con una pareja de chicas que estaban peleadas y me encontré de nuevo con el juego del amo y del esclavo. La piba con la que nadábamos era una cuarentona de buen pasar era brasileña y estaba angustiadísima por el maltrato de la otra que yacía joven hermosa, argentina y apática en la arena. ¿Qué podía decirle yo salvo que el agua y el sol estaban increíbles?. Mis caminatas dejaron de ser cuando en principio ningún brasileño se me acercaba pero más aún cuando descubrí una hermosa vertiente de agua purísima y en el fondo como un lago tubular... yacía una serpiente muerta, con la parte de su cuerpo blanca mirando hacia arriba. Soy fóbico a los reptiles. Tenía cuenta libre en el barcito de esta mina que no puedo recordar el nombre. Había dos adolescentes preciosos de mozos. Recuerdo especialmente a uno por su pelo rapado, delgado y de unos ojos inmensos con pestañas de ciervo. Jugaban en la arena cuando no tenían nada que hacer, hacían movimientos salvajes como si fuesen de capoeira. Me invitaban a jugar y yo les dije que sólo me salían en el agua. Dormían en unas carpas detrás del bar; se los veía desaliñados y bellos. Imaginé que se la mamarían mutuamente. Mi única distracción era nadar hasta una barca anclada a unos 300 mts, subir a ella y quedarme tirado un rato mirando la costa. Desde ahí me daba vértigo volver. Empecé a hacer dibujos en la arena y le encargué a Fernando un lugareño que vivía en un auto, una especie de colgante que fuese como una estrella con una piedra blanca dentro. El me miraba con sus ojos marrones claros y rubio por el sol me modificaba el dibujo agregando ideas; nos comunicábamos así. Pero él tenía tendencia a que la forma de estrella le saliera bastante fumona. Todavía la conservo y esa estrella se llama "Fernando". Como no manejaba dinero yo, cuando Marco vino a la tarde me acompañó a buscar mi joya, había salido muy barato, el valor de una vaso de cerveza, unos pocos reales. Fernando me besó la mano en agradecimiento y Marco lo miro con desagrado y me dijo que estaría drogado, yo me puse muy colorado y pensé cómo un hombre tan hermoso podía dormir en un auto y no ser un príncipe o mi novio.

Cuando volví a Juiz realmente no sabía que hacer con mi vida. Marco me llevaba a lugares con sus amigos. Había una negra con brackets que me odiaba, otro amigo que había conocido en Bs As al que esperaba ansiosamente porque había algunos protectos de trabajo con él, quería que me formara como traductor. Después de cada pelea con Marco ellos se comunicaban y él lograba calmarme con su voz delicada y sus palabras de psicólogo. Una noche fuimos invitados a almorzar a casa de Ivana. Ella quería cocinar pastas caseras especialmente para mí. Era avasallante, fan de Chico Buarque, nieta de italianos no tenía nada de brasileña o sí; todo lo exhuberante de las dos culturas estallando por todas partes. Era medio rocker, yo la admiraba un poco, estaba separada y sus hijos eran independientes y andaban por ahí viajando. Cayó la noche y nos quedamos a dormir. Marco y ella se encerraron a tomar cocaína; él venía a cada rato a mi cuarto exitadísimo le temblaban las manos y una cosa que intuí finalmente sucedió: su amiga lo mandó a llamarme. Me dió una sensación tan incestuosa, dos amigos de toda la vida y yo. Era como acostarme con mis padres para mí. Como un niño histérico me encerré en el cuarto y me tomé una doble dosis de pastillas, sin agua... ese terror no me dejaba dormir, me carcomía una cosa prohibida y de deseo por haber sido el objeto elegido. Me puse a llorar y a gritarle cosas a Marco, que venía y detrás de la puerta me pedía disculpas e Ivana también (cuando la escuchaba a ella le gritaba de todo algo así como "puta drogadicta"). Todo el día siguiente le pregunté a Marco ya en su casa si le había metido su pija a la tana. Estaba obsesionado con eso. Me sentía egoísta preso del odio y miserable. Mi paranoia innata empezó a decirme que todo el Brasil se burlaba de mí. Ahora recuerdo que en ese almuerzo también había estado un ex novio de Marco el cual quería hablar de cocina argentina y yo le había dicho que no cocinaba él me había preguntado "¿ ni un huevo frito?" y yo le contesté con toda mi soberbia paz que mi familia no era una familia convencional. Durante varios días Marco me festejaba esos dichos como una genialidad. Yo ya no me reía.

Una tarde cuando vino de terapia me contó que le dijo al Dr Borges (pueden creer el nombre?) "usted debería conocerlo unos segundos". Fue así como a los dos días, tomando por mi cuenta un colectivo y sin conocer la ciudad acudí a una cita con el Dr. Si Freud sostenía que la mascota de un paciente era importante para darle informacion sobre él entonces yo sería un glosario. En principio estaba claro que ninguno de los dos sabía el idioma del otro, pero este hombre, sabio, moderno bajito y canoso, con ese hermoso apellido ilustre que me resultaba tan familiar me confesaba que no sabía que Marco Antonio había vuelto a consumir cocaína. Yo le dije en buen argentino que se le habían escapado algunas liebres. Después de 40 min de charla -sí, charlé más que con mi propio terapeuta en Bs As-; me hizo la pregunta que aún resuena en mi cabeza después de muchos años: "¿Qué vino ud. a hacer a este país?". No emití sonido alguno. Tal pregunta me curó. Esa misma noche armé mis valijas y en cuanto Marco apareció a la noche con el tipo nro 28; le grité de tal forma que me llevara hasta el cajero para sacarme un pasaje a Buenos Aires que no hizo otra cosa que callar su risa tonta de drogado, despachar al jovencito y bajamos juntos. Me dió lo suficiente para volverme. Pasé mi última noche en casa de una amiga de él; increíblemente amable y comprensiva. Llegué a Río hice 2 o tres llamadas y decidí viajar en micro nuevamente aunque el dinero me alcanzaba para un vuelo con esa diferencia me compré una tonelada de música brasileña que adoraba, inclusive ediciones de lujo que acá no existían. Así que Los Mutantes, Rita, Xixí Possi, Gal, Cássia, Caetano y Fernanda Abreu fueron mis acompañantes terapéuticos durante todo mi viaje de vuelta. Nunca más supe de Marco. A los meses le mandé unas fotos de mi estadía, objetos y lugares que yo había visto con mis ojos de extranjero. Mis ojos miel como los de Fernando.